El nuevo diseño de un Segway podria servir mejor como silla de ruedas.

General Motors (NYSE: GM) y Segway se han unido para desarollar un mini coche eléctrico.

Una de las formas de conseguir que una ayuda técnica sea más barata es que su uso se generalice o sea común. Los Segway parecen buenas formas de moverse en las ciudades del futuro por los problemas de aparcamiento y contaminación. Si se convirtieran en un medio de transporte común en ciudades desde luego que los usuarios de sillas eléctricas saldrían beneficiados. Por las leyes del mercado, la oferta y la demanda, a más producción y venta menores costes.

Lo que sí espero es que caminar siga siendo el más utilizado y mejor medio de transporte en ciudad. Por el bien de nuestra salud.

No es la primera vez que se plantea que este tipo de vehículos, aunque desarrollados primero con otros propósitos pueden servir después para mejorar las ayudas técnicas que necesitan las personas con diversidad funcional. Un ejemplo de ello es el proyecto de vehículo militar con equilibrio mejorado con mecatrónica que sirve muy bien como silla de ruedas.

Aquí hay un vídeo del prototipo.

Digo que espero que sigamos caminando porque hay algunas cosas que alertan sobre lo cómodos y sedentarios que nos estamos volviendo con los problemas asociados que eso supone. Me refiero a la obesidad. Hace tiempo leí que la lucha anti-obesidad se convertiría en el racismo del siglo XXI. Nada que ver con los asientos estrechos de los aviones donde ya casi nadie puede decir que está cómodo, o con que se tenga en cuenta el aspecto físico a la hora de conseguir cualquier trabajo en algunas empresas privadas, o de la tiranía de la perfección a que nos somete la publicidad. Desde hace tiempo he observado algunas fotografías de sillas de ruedas eléctricas extragrandes que vienen de los Estados Unidos y leído las opiniones de algunos de los nuevos racistas anti-obesidad a los que no les falta su parte de razón: la obesidad aunque es una causa de discapacidad y puede estar producida por enfermedades endocrinas tiene tambíen un componente de falta de responsabilidad y conducta irracional. Tan solo espero que si se populariza el transporte personal motorizado tan cómodo como el propuesto por General Motors y Segway no aumente el número personas con obesidad que necesitan ese transporte y que no consiguen dejar de ser obesos por la comodidad que supone dejarse llevar.
Espero que quienes hayan visto en la película de animación Wall-e una parte de crítica social de a donde nos conduce el futuro si lo afrontamos sin responsabilidad comprendan de lo que estoy hablando. Observen la forma de transporte que sugieren para el futuro en esta película en la que obesos y simpáticos personajes son transportados delante de sus pantallas holográficas mientras consumen comida basura.

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Autor: Samuel Franco Domínguez