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sábado, 21 de marzo de 2009

Miles de pacientes con dolor de espalda son expuestos a tratamientos inútiles y peligrosos

REIDE

Centro Cochrane Iberoamericano.

Así de clarito lo decían en el Médico Interactivo:
Miles de pacientes con dolor de espalda son expuestos a tratamientos inútiles y peligrosos.
Y no he podido ver el artículo original, pero así lo afirmaron sus responsables en la presentación d
el estudio '¿Es la investigación sobre dolencias de la espalda un campo minado?', respaldado por la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE), la Fundación Kovacs y el Centro Cochrane Iberoamericano.. Y que ha salido publicado en la revista SPINE.

Spine

¿Seremos nosotros los que lo estaremos haciendo mal?


Fundación Kovacs

Entre los autores está el doctor Francisco M. Kovacs, director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE) y el doctor Gerard Urrutia, del Centro Cochrane Iberoamericano.


Spine:
1 March 2009 - Volume 34 - Issue 5 - pp 423-430
doi: 10.1097/BRS.0b013e318198c962
Editorial
Clinical Research: Is the Spine Field a Mine Field?

Carragee, Eugene J.; Deyo, Richard A.; Kovacs, Francisco M.; Peul, Wilco C.; Lurie, Jon D.; Urrútia, Gerard; Corbin, Terry P.; Schoene, Mark L.

En los comentarios de la noticia hablan de la
intervención neurorreflejoterápica (NRT) tratamiento avalado por Kovacs para el tratamiento de espalda y que consiste en dejar unas grapas quirúrgicas colocadas sobre la espalda del paciente hasta tres meses para tratar el dolor. Es como si cada uno barriera para su casa un poco, ¿no?

Más información sobre la intervención neurorreflejoterápica (NRT) en el Web de la espalda.

Sin duda, como ellos mismos dicen hay que hacer más estudios de las más de 200 técnicas y fármacos que afirman se usan actualemente para tratar el dolor de espalda. El dolor de espalda es aún algo sobre lo que por más que se diga, se haga y se trate de hacer los resultados con mediocres y los pacientes demasiados.
¿Qué podemos hacer? ¿Quienes deben hacerlo?



El médico Interactivo:
Redacción

Se ha presentado el estudio '¿Es la investigación sobre dolencias de la espalda un campo minado?', respaldado por la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda, la Fundación Kovacs y el Centro Cochrane Iberoamericano




Madrid (18-3-09).
-El dolor lumbar, o lumbalgia mecánica es una de las causas más frecuentes de atención médica en los países industrializados. Para tratarla, actualmente se usan más de 200 tipos de medicamentos, inyecciones, técnicas quirúrgicas, implantes y otros productos sanitarios, y su número crece constantemente. Pero la mayoría de ellos no ha demostrado científicamente ser eficaz, seguro ni eficiente, mientras que se infrautilizan otros que sí han demostrado serlo. Eso conlleva riesgos innecesarios para los pacientes, y un coste superfluo para los Sistemas de Salud. De hecho, la introducción de nuevas tecnologías sanitarias es el principal motivo del incremento exponencial del gasto sanitario que está amenazando la sostenibilidad de los Sistemas de Salud.

Se ha presentado el estudio '¿Es la investigación sobre dolencias de la espalda un campo minado?', respaldado por la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda y la Fundación Kovacs.

También otras tecnologías, como las infiltraciones intradiscales de corticoides, los aparatos de tracción, o muchos implantes para reforzar la fusión vertebral, se están aplicando a los pacientes sin haber comprobado previamente si son eficaces o si sus riesgos están justificados. Al mismo tiempo, se ha ido conociendo la existencia de múltiples becas de investigación ficticias y otros incentivos económicos que ligan a algunos médicos e investigadores con ciertos sectores de la industria sanitaria.

En este contexto, la publicación de casos en los que los pacientes han sufrido complicaciones graves por someterse a tecnologías que posteriormente han demostrado ser inútiles, está mermando su credibilidad en los médicos, los Sistemas de Salud y las autoridades sanitarias.

En el artículo '¿Es la investigación sobre dolencias de la espalda un campo minado?', que publica la revista científica Spine, un grupo de los principales expertos internacionales en el ámbito de la espalda, entre los que se incluyen dos españoles, analizan las causas que han llevado a esta situación y definen las medidas necesarias para solucionarla.

Mientras que médicos y pacientes quieren tratamientos que mejoren los resultados de los vigentes -por lo que necesitan que los resultados de las nuevas tecnologías se comparen con éstos-, la industria quiere desarrollar nuevos productos para comercializarlos -por lo que intenta venderlos sin evaluarlos antes, y si es obligada a hacerlo los compara con tratamientos obsoletos o ineficaces-.

“Además –afirma el doctor Francisco M. Kovacs, director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE) y uno de los coautores españoles del artículo-, la industria usa estrategias cuestionables para maximizar sus ventas. Por ejemplo, patrocina estudios que no evalúan los aspectos verdaderamente importantes para la evolución de los pacientes, sino que se centran en aspectos nimios en los que sus productos parecen ser ventajosos, aunque en la práctica no supongan ninguna mejora real. Además, suele manipular a su favor todas las fases de esos estudios (desde su diseño y la definición de sus objetivos, al análisis de sus resultados), y en numerosos casos influye en su publicación, aumentando artificialmente el número de publicaciones de los resultados favorables, impidiendo o retrasando la difusión de los desfavorables”. Por otra parte, tal y como apunta el artículo, la financiación de la industria es esencial para muchas Sociedades profesionales, lo que le permite influir en sus decisiones y acallar sus críticas.

A ello se suma que las autoridades sanitarias no controlan con suficiente rigor el proceso de evaluación de las tecnologías sanitarias. De hecho, con frecuencia las tecnologías no farmacológicas (como los implantes o las prótesis), y todas las técnicas quirúrgicas, simplemente no se evalúan; se aplican directamente a los pacientes sin comprobar antes si son eficaces o seguras. Además, las autoridades tampoco disponen de mecanismos que les permitan recoger sistemáticamente todos los datos que genera el uso de una tecnología sanitaria en la práctica, cuyo análisis permitiría comprobar su efecto real, detectar rápidamente las complicaciones imprevistas, afinar su aplicación, evitar el coste inútil que supone su uso en casos inadecuados, y optimizar sus resultados.

Para el doctor Gerard Urrutia, del Centro Cochrane Iberoamericano y coautor del artículo, “la situación actual está cuestionando la calidad y la imparcialidad de las investigaciones científicas sobre las tecnologías sanitarias”. La tendencia actual está conduciendo a una atención médica ineficaz, innecesariamente peligrosa y cara. Además, al malgastar unos recursos limitados, restringe inapropiadamente el uso de tratamientos efectivos y dificulta la innovación. Y su coste, según recoge el artículo, está aumentando tan desproporcionadamente que amenaza la viabilidad de los Sistemas de Salud.

Por ello, los autores insisten en la necesidad de cambiar esta dinámica. Para ello es indispensable evaluar rigurosamente los verdaderos beneficios y riesgos de cualquier tecnología sanitaria antes, y no después, de que se aplique de manera asistencial, así como identificar claramente los casos específicos en los que está indicada.

Según ha demostrado otro artículo publicado recientemente en Spine, además resulta viable aplicar ese criterio. De hecho, la única tecnología sanitaria para las dolencias de la espalda que ha seguido el criterio que recomienda la comunidad científica internacional es una tecnología española, la intervención neurorreflejoterápica (NRT), cuya eficacia, seguridad, efectividad y eficiencia se evaluó rigurosamente antes de aplicarse en el Sistema Nacional de Salud y de la que se recogen todos los datos que emanan de su uso clínico para optimizar sus resultados.

El presente artículo insiste en la necesidad de que este modelo de evaluación previa y seguimiento constante se extienda a partir de ahora a todas las tecnologías sanitarias. “Seguir aplicando técnicas desarrolladas por motivos comerciales sin evaluarlas antes de manera rigurosa, merma la eficacia de la asistencia sanitaria, expone a los pacientes a riesgos innecesarios y supone derrochar los recursos sanitarios”, afirma los autores del presente artículo.

Los expertos no sólo realizan un estudio de la situación actual, sino que proponen soluciones concretas para evitarla. Éstas afectan a todas las partes; médicos, investigadores, autoridades, Sistemas de Salud e industria.

Los médicos deben familiarizarse con la Medicina Basada en la Evidencia, usar sólo los procedimientos sanitarios que han demostrado científicamente su eficacia y evitar relaciones económicas que puedan influir en sus decisiones. Por otro lado, los investigadores tienen que asegurar el proceso completo de los estudios (definición de objetivos, análisis e interpretación de datos y resultados, decisiones editoriales, y por supuesto, confirmar que todos los autores que figuran como tales lo sean).

Los expertos señalan que las autoridades sanitarias han de exigir la realización de ensayos clínicos aleatorizados antes de permitir la aplicación en pacientes de cualquier tecnología no farmacológica, ya que ningún otro tipo de estudio es válido para comprobar su eficacia o efectividad. También tendrían que exigir la realización de estudios comparativos entre productos o tecnologías similares y mecanismos estrictos de vigilancia post-comercialización, para conocer los resultados que cada tecnología obtiene en la práctica y afinar su uso.

Por su parte, es fundamental que los Servicios de Salud basen sus decisiones sobre qué tecnologías financiar en las pruebas científicas sobre su eficacia, seguridad, efectividad y eficiencia.


Fuente:
El médico Interactivo.


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