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jueves, 23 de julio de 2009

¿Quien cuidará de nosotros cuando seamos viejos?

http://rehabilitacionblog.com
¿Y ahora qué hacemos con el abuelo?

Como si de una maldición bíblica se tratara las mujeres han arrastrado la obligación de cuidar de las personas dependientes de la familia. "Parirás con dolor, cuidarás de tus hijos ingratos, te dedicarás a tus labores, cuidarás de tu marido (maltratador o no), de tus padres, de tus suegros y hasta de tus hermanos mayores. Todo esto por un cuento sobre una manzana y una serpiente.
Eres la hermana pequeña, no tienes derechos, ni libertad, serás monja o cuidarás de tus padres. Las familias se mantenían más unidas, nunca, hasta ahora en la historia, una familia desperdigaba a sus hijos hasta miles de kilómetros para conseguir trabajo. Nunca las familias en España tenían tan pocos hijos, ni la experanza de vida de los padres rondaba los 80 años.


Este libro de Luis Otero trata de cómo la educación encaminaba a las niñas a una forma de vida concreta como mas de casa y esposas. El cambio de oportunidades y de valores lleva a muchas mujeres a replantearse sus vidas. ¿Cuantos casos de depresión no se deberán a este cambio de valores sociales? ¿Es que lo que fuí no es lo que debería haber sido? ¿Es que mi forma de vida está ya anticuada?

Tenemos la epidural, la pildora anticonceptiva, la revolución sexual, las mujeres votan, pueden tener posesiones y no solamente una dote, pueden estudiar y ser médicos, abogados, arquitectos. Vivir de forma autónoma y... tener, en el caso de España 1,2 hijos por mujer. Las leyes no están hechas para conciliar vida social y familiar., ¿quien tendrá hjios?

¿Quien cuida de nuestros mayores y personas dependientes? entre 200.000 a 600.000 inmigrantes trabajan cuidando personas dependientes en España (generalmente ancianos), la mayoría de esos cuidadores son mujeres, generalmente de países latinos. Se ganan el pan con el sudor de su frente, traen más hijos al mundo que las mujeres españolas, siguen cuidando de sus maridos, hacen sus labores y envian dinero más allá del océano a una familia distante, a unos padres a los que también cuidarán cuando sean mayores.

Es una nueva forma de esclavitud o una nueva forma de machismo o una nueva injusticia social que junta a los más necesitados de cariño y cuidados con los más necesitados de otras nacionalidades. Muchas de estas mujeres cuidadoras no tienen seguridad social, trabajan horas extra en todo tipo de servicios domésticos y de veras trabajan. ¿Qué podemos hacer? Las familias españolas son tienen cada vez menos hijos que además viven lejos unos de otros, las relaciones entre hermanos no son siempre las mejores y las residencias de ancianos superan los costes que se pueden asumir con una pensión después de cotizar durante 40 ó 50 años. Políticamente las pensiones son un arma arrojadiza. ¿quien pagará las nuestras cuando seamos viejos? Quien lo hará si gran parte de la mano de obra no cotiza ni tiene los derechos del trabajador que costó tanto conseguir. El capitalismo despiadado no conoce a sus hijos, los devora y vomita lo tragado. Compre, compre, use, tire, vuelva a comprar, vendasé, sea comprado, sea usado, sea tirado. Viva, joven, tome una bebida joven, vista joven, sientasé joven y jódasé, ya no es joven, ya no consume, ya no vende, ya no sale en la tele, ni tiene buena imagen ni poder adquisitivo. La publicidad no es para usted, este no es país para viejos.

Votemé o se quedará sin pensión, dice el político.

Por primera vez en la historia el primer mundo tiene una experanza de vida que roza el supuesto límite biológico. La sanidad es mejor, y también más cara. La asistencia social a las personas dependientes no llega. Las familias llevan por dentro su cruz, su sufrimiento, su complejo de edipo y electra y todo el resto de conflictos psicológicos que suponen cuidar de los padres, repartir los gastos con los hermanos pese a las envidias, las diferencias económicas, la carrera profesional... (renunciar a que las mujeres trabajen es perder, al menos, a la mitad de los más inteligentes y preparados trabajadores. ¿Qué familia puede renunciar a dos sueldos sin perder su status, su nivel de vida, su hipoteca, su matrícula en la universidad o el mejor colegio para sus hijos, su BMW todoterreno?

Mujeres trabajadoras.

Los mayores son los que más atención sanitaria necesitan.

Las estadísticas sobre discapacidad son claras, cuanto más edad más posibilidades tenemos de convertirnos de nuevo en personas dependientes (todos lo fuimos alguna vez cuando de bebés nuestros padres se hicieron cargo de nosotros). Las consultas de rehabilitación están llenas de ancianos con problemas de movilidad causados por el envejecimiento del sistema locomotor o enfermedades del sistema nervioso. Es la hora de prestar atención a la gerontorehabilitación.

Las residencias de ancianos no siempre tratan como es debido a los más ricos en experiencia.


La vida puede alargarse aveces más allá de la dignidad humana. La eutanasia sigue siendo un tema controvertido, tabú o absolutamente incustionable para la mayoría.




Mujeres latinas cuidan ancianos en España, son entre 200.000 y 600.000.
El 70% carece de contrato y el 40% trabaja más de 50 horas semanales.


Cerca del 70% de las mujeres latinoamericanas dedicadas al cuidado no profesional de personas dependientes lo hace sin contrato y hasta un 40% por ciento trabaja más de 50 horas semanales, según ha puesto de manifiesto un estudio desarrollado por la Unidad de Enfermería de la Universidad Rey Juan Carlos en colaboración con el Centro de Orientación Sociolaboral para Mujeres Inmigrantes (COSMI).
El estudio, denominado Cadenas de cuidado global: impacto en la salud de las mujeres inmigrantes iberoamericanas residentes en la Comunidad de Madrid y realizado sobre una muestra de 430 mujeres, ha revelado también que casi la totalidad de estas trabajadores desempeñan tareas domésticas además de las propias del cuidado a dependientes, que el 30,3% tiene menos de dos días libres a la semana y que el 23,3% trabaja en más de un hogar.
Según los investigadores, estas mujeres son “triplemente cuidadoras”: por un lado, de las personas para las que trabajan; por otro, de su propia familia en España; y, en tercer lugar, son cuidadoras de la familia que han dejado en sus países de origen (el 47% envían más de la mitad de su salario).

Sueño y descanso de la mujer inmigrante cuidadora.
Además, el estudio constata que los patrones básicos de salud han experimentado un cambio tras el proceso migratorio especialmente en dos aspectos: el sueño y la actividad física. Así, las mujeres que dormían más de nueve horas en su país representaban el 38%, pasando a ser el 5,1% al llegar a España. Las que lo hacían entre seis y ocho horas sumaban el 58,4% pasando a ser el 88% desde que viven en España. Igualmente, el 54,4% no realiza ejercicio físico y el 44,2% aduce razones de tiempo para no hacerlo. Todo esto repercutirá en su salud.

En palabras de Paloma Salvadores Fuentes, responsable del proyecto, “las trabajadoras dedicadas al cuidado no profesional de personas dependientes se ven inmersas en unas densas redes de obligaciones que, sumadas a las características del empleo doméstico, dificultan su movilidad sociolaboral y repercuten negativamente en su salud”.



De la Región
http://www.laregion.es/noticia/70739/espa%C3%B1a/cuidado/atenci%C3%B3n/personas/mayores/ancianos/inmigrantes/

Nadie conoce la incidencia real del fenómeno, porque muchos están en España en situación irregular, sin papeles, pero hay estimaciones que cifran en unos 200.000, incluso en más de 600.000, los inmigrantes que cuidan ancianos. Una realidad silenciosa pero cada día más visible.

Una joven inmigrante pasea con una mujer. (Foto: EFE)
Una joven inmigrante pasea con una mujer anciana.
‘Cubren una necesidad social acuciante. Además de cuidados, dan a nuestros mayores compañía y cariño, muchas veces en circunstancias muy difíciles’, asegura Begoña Gutiérrez, vicepresidenta de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.

Es un trabajo ‘muy duro’ que frecuentemente se desarrolla en un régimen ‘casi, casi de esclavitud’, con ‘jornadas de trabajo de veinticuatro horas los trescientos sesenta y cinco días del año’, por un salario que casi nunca supera los 800 euros mensuales, destaca Isabel Quintana, presidenta de la Plataforma Estatal de Asociaciones de Trabajadoras del Hogar.

‘Hay inmigrantes que, ante la imposibilidad de encontrar otro trabajo al llegar a nuestro país, o unas condiciones de vida dignas transcurrido un tiempo, aceptan ocuparse de un anciano por menos salario, quinientos o seiscientos euros. Y eso no lo deberíamos consentir’, añade Isabel Quintana.

UGT considera que ‘es preciso abordar de manera decidida el control y lucha contra el empleo irregular y la explotación laboral’ de los inmigrantes.

‘No se puede esperar que los inmigrantes resuelvan situaciones coyunturales de necesidades en el mercado de trabajo y que vuelvan a sus países cuando éstas ya no existan, o que permanezcan anclados en determinados sectores de actividad y puestos de trabajo’, argumenta el sindicato en el último número de su revista ‘Unión’.



CASI 950.000 MAYORES DE 85 AÑOS
El Instituto Nacional de Estadística (INE), a fecha 1 de enero de 2008, tenía contabilizadas 5.786.088 personas de 70 y más años, de los cuales 2.361.911 eran hombres y 3.424.177 mujeres. Casi 950.000 tenían 85 y más años.
Según la última encuesta del IMSERSO sobre condiciones de vida de nuestros mayores, de 2004, el 28,3% de los ancianos españoles viven solos.

Entre 1991 y 2005, apuntan diferentes estudios, el número de españoles octogenarios se incrementó en un 66%, y las previsiones estiman que en 2050 el 11,1% de la población española, unos seis millones de personas, tendrán más de ochenta años.

Si en 1910, destaca el estudio del IMSERSO, los españoles octogenarios eran 115.000, en 2020 la previsión apunta que serán tres millones los españoles mayores de 80 años. El INE calcula que en 2010 serán más de 7.000 los centenarios y en 2050 más de 55.000
Datos y previsiones de futuro que ponen de manifiesto el envejecimiento progresivo e imparable de la población española, con una esperanza de vida en estos momentos de 76,63 años en el caso de los hombres, y de 83,36 en el de las mujeres. En 2030, asegura el IMSERSO, aumentará hasta 80,89 y 86,92 años, respectivamente.

Naciones Unidas, en sus proyecciones de población, calcula que en 2050 España será el tercer país con más viejos del mundo, el 34,1% de su población, por detrás de Japón e Italia.

Ese envejecimiento -cada vez son más las personas dependientesy la incorporación de la mujer al mercado laboral -sobre ellas recae tradicionalmente el cuidado de hijos y ancianos explicaría pues la creciente demanda de cuidadores para personas mayores, y el que los inmigrantes hayan encontrado ahí un trabajo que, como en otros casos, los españoles rechazamos.

AUTENTICO PROBLEMA SOCIAL

El doctor Andreu Bover, director del departamento de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de las Islas Baleares, habla, en un estudio sobre inmigración y cuidado de ancianos, de que se trata de un ‘auténtico problema social’, el del ‘aumento progresivo de una población dependiente que ni las familias ni las instituciones pueden atender’.

‘Su trabajo -destaca este profesor universitarioes esencial para muchas familias y para el mantenimiento de la salud de nuestras poblaciones’.

La Ley de Dependencia contempla diferentes tipos de ayudas para los ancianos dependientes, y en casos concretos ‘prestaciones monetarias para cubrir los gastos de un servicio de cuidadores’ no profesional, a cargo de familiares o de contratados.

Otros dos profesores de la Universidad balear, Lluis Ballester y Carmen Orte, han estudiado el problema y concluido que la mayoría de los cuidadores -el 91% son mujeres latinoamericanas, contratadas directamente -el 62% por las personas a cuidar o por sus familias, con edades comprendidas entre 22 y 45 años y casi siempre ‘sobreexplotadas’.

Mujeres en un 54% casadas, con un nivel medio de estudios, poca experiencia en el cuidado de ancianos, aunque con una cultura en la que todavía se les venera, y una situación legal en España no regularizada. Mujeres con ‘una buena capacidad de comunicación’ con las personas que cuidan y ‘estilos de relación afectuosos’. El estudio concluye que tienen ‘una reducida competencia laboral con mujeres españolas’.

ALTO GRADO DE SATISFACCION

Lluis Ballester ha constatado el ‘muy alto’ grado de satisfacción que en general provoca el trabajo de los inmigrantes cuidadores, tanto entre los ancianos como entre sus familiares, pero, al igual que otros profesionales consultados por Efe, apunta la necesidad de profesionalizar esos cuidados.


‘No todo el mundo sirve para cuidar a un anciano, más si su estado de salud es delicado’, afirma María Angeles García Antón, trabajadora social de Cruz Roja, psicóloga y coordinadora de la comisión de seguimiento de la Ley de Dependencia en la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.

García Antón no elude hablar de ‘picaresca’ y de ‘abusos’, tanto por parte de los cuidadores como de las familias que los contratan, y hace hincapié en su escasa preparación, cuando no ausencia total de conocimientos y experiencia para tan delicado trabajo.

‘No se trata sólo -dijo a Efede sacarles a pasear o sentarse con ellos a ver la televisión. Tienen que saber cómo moverles, estar muy pendientes de su medicación, de su alimentación... No todo vale’.

Esta trabajadora social plantea la necesidad de que las Administraciones públicas ‘tomen cartas en el asunto’, regulando las obligaciones y derechos de estos trabajadores y garantizando una formación ‘que en muchos casos brilla por su ausencia’. ‘No podemos, como ocurre con frecuencia, contratar a un cuidador poniendo un anuncio en la calle o en un comercio. Tenemos que poder seleccionar, ver quien sí y quién no es idóneo’.

‘Tenemos que tener la garantía de que los cuidados que recibirán nuestros ancianos son los adecuados. No es suficiente el cariño y la compañía. Debe haber una supervisión constante de su trabajo por parte de las familias’, recomienda.

‘Hay familias -concluyeque abusan en cuanto a las condiciones de trabajo de los cuidadores, pero hay también inmigrantes que se aprovechan de su generosidad y de las situaciones apuradas de las familias’.

¿Quien cuidará de nosotros cuando seamos viejos?


Robodoc. ¿Te lo puedes creer?



Riman es el nombre de este robot capaz de cuidar de una persona. Viene de Japón.


PARO es el nombre de este robot afectuoso que se usa para tratar transtornos del ánimo en ancianos y niños. Viene de Japón.


¿Te imaginas luchando contra la soledad con ayuda de un robot?

Algunas prefieren que las cuide Brad Pitt que por entonces podría tener este apecto, el problema es que tal vez solo Angelina Jolie se lo pueda permitir, suponiendo que el divorcio no los separe antes.


Así es como los maquilladores dejaron a Cate Blanchett para la película El curioso caso de Benjamin Button. Ese es el aspecto que tendrá para cuando seamos también viejos.

La guapísima Katie holmes podría tener este aspecto. No importaría la cirugía plástica, el cuerpo no entiende de imagen, está preparado para durar tan solo toda la vida.

Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.
http://www.segg.es/

Portal Mayores:
http://www.imsersomayores.csic.es/


International Society for Gerontotechnology:
http://www.gerontechnology.info/

Gerontotechnology:
http://www.amazon.com/Gerontechnology-Growing-Old-Technological-Society
Growing Ol in a Technological Society. Haciendose viejo en una sociedad tecnológica. Gari Lesnoff-Caravaglia Ph. D.

National Institute of Aging, USA.
Unprecedented Global Aging Examined in New Census Bureau Report Commissioned by the National Institute on Aginghttp://www.nia.nih.gov/NewsAndEvents/PressReleases/20090720global.htm


Why population aging matters.
http://www.nia.nih.gov/NR/rdonlyres/9E91407E-CFE8-4903-9875-D5AA75BD1D50/0/WPAM.pdf

Understanding age-related modifications of motor control strategies

Sivestro Micena

1Advanced Robotics Technology and Systems Lab, Scuola Superiore Sant'Anna, Pisa, Italy
2Institute for Automation, Swiss Federal Institute of Technology, Zurich, Switzerland





En fin, MENENTO MORI, recuerda que has de morir y recuerda que si todo va bien serás viejo primero. Antes de una muerte digna esperamos vivir con dignidad.
La lucha contra la enfermedad y la muerte es tmás antigua que la medicina, en su libro Fantastic Voyage, Ray Kurzweil nos propone vivir los suficiente para vivir para siempre (live long enough to live forever). ¿Alcanzará el hombre la imortalidad? ¿Prolongaremos aún más nuestra esperanza de vida con los futuros adelantos de la ciencia? ¿quien cuidará de nosotros cuando seamos aún más y aún más viejos?


Aún no tenemos resultados milagrosos.


Fumar envejece:
Hacer ejercicio retrasa los efectos del envejecimiento.
Una actitud positiva ante el envejecimiento vale oro.


Cambios que sobrevienen con los años:

Lectora del blog en 2029. Jo, tenían razón el el blog de rehabilitación que mira al futuro: mi portátil se ha quedado obsoleto.

Autor: Samuel Franco Domínguez

3 comentarios:

  1. Gracias. Excelente post.
    Espero encontrarnos dentro de muchos años...
    Un abrazo, Mirta

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  2. Los robots cuidadores no son bienvenidos en Japón.

    Las residencias de ancianos no son deseadas. Tampoco tener a personal contratado desconocido en casa. Pagar lo justo a los cuidadores tampoco se lleva bien: sin contrato y con horarios abusivos.

    Lo que quieren los ancianos es que sus hijas (y aveces, no tantas, también sus hijos) dejen el trabajo y les cuiden. ¿Es esto posible?

    En el centenario del día de la mujer trabajadora pienso:

    ¿cómo puede ser que cuente solo un siglo trabajado cuando llevan trabajando toda la vida? :-)


    http://www.somosmedicina.com/2011/03/los-robot-cuidadores-no-son-bienvenidos.html

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  3. Robots asistenciales en Japón.


    http://www.bbc.co.uk/news/business-12347219

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